Hablar de fotografía ha sido durante mucho tiempo casi hablar de algo cierto o real o por lo menos de veracidad. UNa verdad que se abría al mudo a modo de clics que sumados apenas sumaban unos minutos de la carrera de un fotógrafo. La realidad cada vez es más discutida como tal y se tiñe de diferentes colores dependiendo de la mirada que la observa y, en ese sentido, no existen miradas inocentes sobre los sujetos que se observan. A menudo no es la mirada la que toma las riendas del mensaje sinó la interpretación que damos, o que nos dan, sobre lo que se muestra.
Un sujeto puede tener diferentes puntos de vista y en el caso que pretendo mostrar aquí creo que lo así lo demuestra. Aunque creo que en ambos casos las motivaciones iniciales eran las mismas, ejemplificar y ensalzar la revolución cultural china, el tiempo otorga la distancia necesaria para recolocar y llevar a cabo una mirada crítica que recoloca los hechos en un marco muy distinto que nos permite otra interpretación. Li Zhensheng, Gao Fan y Wu Yinxian representan la ilusión de pertenecer a algo nuevo y transformador, a la vez que se erigen como testimonios de un pasado que en algunos casos aún debe sangrar profundamente entre los protagonistas que vivieron y/o sufrieron los acontecimientos.
Por suerte siempre existe la visión de la crítica, a veces burlesca como la de Wang Ning-de, sobre aquellos sueños y pesadillas que quedaron atrás. El mundo cambia, gira, se transforma y nuevas formas de afrontar la realidad cotidiana aparecen tomando como referencia el pasado y reinventando el presente.
Un sujeto puede tener diferentes puntos de vista y en el caso que pretendo mostrar aquí creo que lo así lo demuestra. Aunque creo que en ambos casos las motivaciones iniciales eran las mismas, ejemplificar y ensalzar la revolución cultural china, el tiempo otorga la distancia necesaria para recolocar y llevar a cabo una mirada crítica que recoloca los hechos en un marco muy distinto que nos permite otra interpretación. Li Zhensheng, Gao Fan y Wu Yinxian representan la ilusión de pertenecer a algo nuevo y transformador, a la vez que se erigen como testimonios de un pasado que en algunos casos aún debe sangrar profundamente entre los protagonistas que vivieron y/o sufrieron los acontecimientos.
Por suerte siempre existe la visión de la crítica, a veces burlesca como la de Wang Ning-de, sobre aquellos sueños y pesadillas que quedaron atrás. El mundo cambia, gira, se transforma y nuevas formas de afrontar la realidad cotidiana aparecen tomando como referencia el pasado y reinventando el presente.